Del músculo al hueso: la remodelación costal llegó al quirófano del Dr. Miguelangel Guevara
- guevaramcpr
- 10 jun
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Desde que comencé mi formación como subespecialista en Cirugía Plástica, entendí que la belleza corporal no es cuestión de medidas perfectas, sino de armonía: la forma en que las curvas se conectan, cómo se mueven entre sí, cómo se sienten.
La liposucción cambió todo desde 1977. Por primera vez, podíamos moldear el cuerpo eliminando grasa subcutánea de forma precisa. Pero pasaron más de 25 años sin avances reales. Fue hasta hace poco que comenzamos a ver una evolución importante: la llegada de la liposucción ultrasónica, que no solo permite retirar grasa con mayor precisión, sino que también favorece la definición muscular.
Al mismo tiempo, mejoraron las técnicas de injerto graso. Ahora es posible colocar volúmenes mayores, acentuar grupos musculares específicos y lograr que ese tejido injertado realmente sobreviva. Pero aún teníamos un pendiente: lograr que la piel acompañara estos cambios y se viera tersa, firme, rejuvenecida.
La revolución tecnológica
Después de 16 años de intentos, llegaron tecnologías que iniciaron el cambio: BodyTite, J-Plasma y DORIAN. Herramientas que trabajan no solo desde el exterior, sino también desde dentro, ofreciendo resultados inmediatos y estimulando la producción de colágeno y elastina a largo plazo.
Hasta ese momento, teníamos control sobre la grasa, los músculos y la piel. Faltaba solo una pieza: el componente óseo.
Durante años, la idea de modificar el contorno óseo —en especial a través de la resección de costillas— fue un terreno complicado. Técnicas mal ejecutadas, procedimientos dolorosos o poco seguros, y resultados variables. Hasta que, durante la pandemia, un grupo de cirujanos de Perú y México logran desarrollar una técnica segura, efectiva y reproducible: RibXCar.
¿Qué hace diferente a RibXCar?
Primero, que no cualquiera puede realizarla. Se requiere un cirujano plástico con dominio de técnicas avanzadas, entrenamiento específico y planificación precisa a partir de una tomografía de tórax óseo.
Segundo, que para que una cirugía sea considerada RibXCar debe cumplir con dos elementos clave:
1. Ultrasonido: nos permite localizar exactamente las costillas flotantes posteriores y las anteriores prominentes para realizar fracturas controladas.
2. Piezotomo: una herramienta que corta hueso sin dañar tejidos blandos, lo que hace la técnica mucho más segura y con una recuperación casi sin molestias.
¿El resultado? Una reducción de entre 8 a 28 cm de cintura, con una recuperación menor a 3 días. Posterior al mismo el único requisito postoperatorio es el uso de una faja compresiva durante 3 meses.
Hoy puedo decirte con seguridad que hemos alcanzado un nuevo nivel de control sobre el contorno corporal.
Como siempre, con técnicas innovadoras llegan también los riesgos de imitaciones mal ejecutadas. Esta no es una cirugía estética más: requiere preparación, experiencia y conocimiento. Hasta hoy, solo 7 médicos en México estamos certificados para realizar RibXCar.

Si estás considerando esta transformación, asegúrate de estar en las manos correctas.
Tu seguridad y tu resultado no se negocian.
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